Sé lo que quieras pero siempre lo mejor que puedas.

viernes, 30 de agosto de 2013


Flor de una noche

Flores marchitas, arrugadas de muerte, que tras un tiempo se vuelven a abrir tan solo por unas horas.
Flores hermosas, las más bellas, las más difíciles de admirar y casi imposibles de tener. Frágiles, bellas, efímeras, al igual que el corazón de esa que nunca me amará. Al igual que miles de corazones, los mejores, que tan solo se abren unas pocas veces y en los que es muy difícil entrar.
Solo unos pocos afortunados accederán a estos y yo hoy tengo una entre mis manos.
Escuchas un sonido, una melodía, unas notas asociadas a una historia y ríes, lloras de felicidad, de puro placer que provoca el recuerdo. El corazón se libera de una pesada losa que tanto tiempo ha sostenido sobre sí mismo. Abres los pulmones dispuesto a aspirar todo el aire y lo sueltas lentamente como si no quisieras dejarlo escapar amarrándote a ese soplo de vida que se va.
Son muchas las ocasiones en las que preferimos dirigir nuestra vista atrás y no mirar al futuro. Nos acomodamos en vez de usar esa adrenalina para encarar lo que puede ser y no desfallecer en lo que nunca será  por miedo a vivir, a sentir, a descubrir que no sabemos cómo será el futuro incierto. Es cobardía, nos quedamos en lo fácil, en lo común, en lo diario, perdiendo la oportunidad de tomar tus propias bifurcaciones de esta vida que la masa vive.

jueves, 8 de agosto de 2013

La vida a pulsos

Latidos de un corazón retumban en tu barriga, oscura habitación de vida compartida.
El mundo a traves de una membrana de sonidos y el mismo ritmo palpitante.
Una nueva luz que inunda mi reflejo, una nueva salida.
Se eleva el volúmen del murmullo pero el latido mantiene la calma, recuerda esa tranquila estancia en una bolsa de calor.
Cuando los sonidos del exterior se vuelven fuertes y todo tu origen se evapora, las notas se mezclan con silencios y los Holas con despedidas.
Se busca ese pulso en habitaciones oscuras, abarrotadas, con luces que van y vienen y música que te obliga a saltar, a no quedarte quieto. Una masa de gente que corea, grita, suda en un compás de cuatro tiempos cuyo director de orquesta es un jóven Dj de música electónica sacada de un ordenador